Doscientos pesos, le dije a Samanta Schweblin por teléfono. Esa fue la cantidad que pagué hace menos de dos años en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) por hacerme con un ejemplar de Pájaros en la boca. La edición que compré fue la del sello Almadía. Es curioso, en México me hago con […]
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